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Guía del teatrero intergaláctico. Apuntes para la próxima Fira Tàrrega

Tárrega es una fiesta que nos sigue. Así, emulando al París de Hemingway, terminaba mi primera nota sobre Fira Tàrrega, escrita hace tres ediciones. Y así empieza ésta, cuando estoy a punto de volver una vez más. Porque vaya si nos siguió la fiesta targarina (¿puede haber gentilicio más bonito?).

Pero es que en esos cuatro días de feria, Tàrrega entra en un orden intergaláctico, inundada de universos paralelos. Y esa celebración vital de las artes escénicas es la que nos sigue allá donde vayamos. Porque… ¿cómo podría olvidar lo que sentí ese atardecer en el que los de Kamchatka y su Fugit hicieron que, literalmente, nos quitáramos la venda de los ojos? Fue de las experiencias escénicas más movilizadoras de mi vida.
Pero Fira Tàrrega nos ha dado mucho más. Allí descubrimos a las “buenas” mexicanas de Vaca 35 (Ripstein, melodrama y sudor), experimentamos el ártico teatro sensorial de Ponten Pie, nos fascinamos con el movimiento imposible y el huracán emocional de la danza de Fetamà, desencajamos mandíbula con Animal Religion y su bestial trabajo circense sobre la animalidad llevado a sus máximas consecuencias en una granja lisérgica… Tampoco olvido las imágenes poderosas, poéticas, originales de los Close encounters… del talentoso húngaro Martin Boross, el delicado equilibrio, poética de la aridez, la pura fragilidad del rudo Manolo Alcántara; la visión de mundo de los obreros ilustrados y humanistas que nos regalaron Ernesto Collado y Piero Steiner en las ruinas de Constructivo, o la fuerza del teatro documental de los mexicanos de Teatro Línea de Sombra en Baños Roma: potente, claro y distinto.

Fira Tàrrega es una feria Internacional de artes escénicas especialmente volcada a las artes de calle (entendidas como juego con el espacio público), los espectáculos visuales y los montajes no convencionales. Por eso, aunque en Madrid gozamos de un teatro de buena calidad, se agradece el aire fresco y renovador que se respira en las propuestas más arriesgadas de la Fira.

Así como (imagino) los runners se preparan para una maratón, así me preparo yo cada año para Fira Tàrrega. Mi Fira empieza cuando empiezo a hacer malabares para cuadrar todo lo que quiero ver, cuando comienzo a armar el puzzle. Hiperventilo organizando el cronograma porque la oferta es tal que me gustaría tener el don de la ubicuidad para poder verlo todo. Este año habrá 48 espectáculos de calle y 10 de sala, de ellos, 30 son catalanes, 11 del resto del Estado y 15 internacionales. Para aquellos que estáis entrenando para la Fira, en la web hay unos estupendos y divertidísimos itinerarios (Pack Billy Elliot, Pack Yaya, Pack Mocos, Modernos, Slow, 15-M…), pero me permito poner aquí una lista de sugerencias, guía para autoestopistas del teatro galáctico, para que luego cada uno elija su propia aventura. Mi amigo targarín dice que soy una «salvaje de lo escénico», y en esa línea van estos estímulos para aquellos ansiosos de ser sorprendidos, provocados, interpelados, seducidos.

sharonfridman

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Mi Buenos Aires querido. Mis tuiteatreros queridos.

Durante mis primeros años en Madrid, mientras cursaba el Master en Gestión Cultural, me sentía orgullosa cada vez que un profesor ponía como ejemplo la cartelera de Buenos Aires para hablar de calidad, cantidad y variedad de oferta teatral. Me entusiasmaba contando sobre la proliferación de salas en los más insospechados rincones de mi ciudad de origen. Me enredaba en discusiones eternas acerca de las maneras de producción de espectáculos en cooperativa, de las formas de asociación de los artistas, de la alta participación popular. Pero sobre todo, con quienes más me empeñé en transmitir mi pasión, fue con mis queridos #tuiteatreros. No hizo falta, muchos de ellos ya amaban a creadores argentinos como Claudio Tolcachir, Daniel Veronese o Pablo Messiez. Y así fue como hace un año y medio empezamos a fantasear con la idea de hacer una excursión puramente  teatrera, de cruzar el océano para recorrer, además de las callecitas de Buenos Aires que tienen-ese-qué-se-yo-viste, el circuito off de la escena porteña.

Ríos de tinta digital tuitera han corrido desde entonces, y cuando pensé que no lo lograríamos, aquí estoy, en el salón de la casona de San Telmo en donde en algunas horas recibiré a mis amigos: un grupo de expectantes espectadores activos, tan apasionados como yo, que durante meses han ahorrado para cumplir este sueño. Ya no se hartarán de escucharme ponderar milanesas, alfajores, ñoquis o asados. Ya sabrán de qué les hablo cuando digo «morfar», «pelotudear», o cuando explico instituciones porteñas como los pasacalles o los paseadores de perros. Pero sobre todo, ya sé que podremos compartir la emoción de haber disfrutado de esas maneras/otras de hacer teatro.

Ahora que ellos estarán ocupados haciendo maletas, aprovecho para compartir con vosotros algunas de las sorpresas que les tengo preparadas. No es para que muráis de envidia, que también, sino para que conozcáis algunos nombres, por si pasan por ahí o por si también vosotros podéis cruzar el charco. Si es así, podéis preguntarme. Estaré encantada de daros sugerencias.

Estas son algunas de las funciones que verán los #tuiteatreros en Buenos Aires:

TERCER CUERPO. De Claudio Tolcachir. Sala: Timbre 4

Cinco vidas, cinco deseos de amar, cinco personas incapaces. Mientras tanto se vive, se trabaja, se intenta. Miedo a no ser, miedo a que sepan quien soy. Miedo e incapacidad. La historia de querer y no saber que hacer. La historia de un intento absurdo. y subir las escaleras. Y querer vivir cada día a pesar de todo.

1 tercer cuerpo

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Cafés Teatrales: Tertulia sobre la creación escénica con Claudio Tolcachir, Luis Luque y Raúl Tejón

Los Cafés Teatrales presentados por Teatrorama se consolidan como un espacio de reflexión e intercambio con los creadores de las artes escénicas. En estos encuentros, dialogamos sobre los procesos de creación teatral desde el punto de vista de la dramaturgia, la dirección y la actuación. Moderados por Verónica Parizzi Doynel, constituyen una oportunidad única de acercarnos a la concepción de la poética teatral particular de cada artista, configurando un mapa de las nuevas formas del teatro actual y fomentando conexiones entre diferentes creadores entre sí y con un público interesado en ir un poco más allá de la mera recepción escénica.

Para el primer encuentro de 2014, en el nuevo espacio de la Champañería María Pandora (Plaza de Gabriel Miró, 1 Las Vistillas), contaremos con la participación del director y autor argentino Claudio Tolcachir (quien estrena «Emilia» en los Teatros del Canal), el director Luis Luque (“Ahora empiezan las vacaciones» y «Diario de un loco«) y el actor y director Raúl Tejón (quien acaba de estrenar «El huerto de guindos» en La Casa de la Portera).

El encuentro será el domingo 12 de enero a las 16hs (horario especial para que nuestro invitado internacional pueda estar en su función de «Emilia«). (Actualización: aforo completo).

Anteriormente, han participado en los Cafés Teatrales Pablo Messiez, Miguel Del Arco, Alfredo Sanzol, Jose Padilla, Fernanda Orazi, Paco Bezerra, María Pastor, Jose Martret y Pilar Gómez. Os esperamos a todos en un nuevo encuentro, que promete ser un lujo para los apasionados por la creación escénica.

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Adivina quién viene a cenar (El tuerto y ser feliz)

Cuesta escribir algo cuando lo que se debería es dejar de hablar y volver a hacer. Cuando sólo tienes preguntas y ninguna certeza. Pero se hace imprescindible cuando las preguntas surgen porque una obra de teatro -ese apasionado espacio de resistencia-, te mueve (te con-mueve).

Los debates sociales en el teatro no son nada nuevo, las problem play del siglo XIX se caracterizaban por su intención de confrontar al espectador con los dilemas experimentados por los personajes. Esos dramas planteaban una serie de cuestiones sociales, a veces se acercaban al sujeto de una manera moralista, otras de modo sentimental. Ibsen, por ejemplo, combinaba la penetración fisonómica y psicológica , haciendo hincapié en temas sociales de actualidad, por lo general concentrados en los dilemas morales de un personaje central. Pero el protagonista de “El rey tuerto” –portentosamente interpretado por Alain Hernández– no se plantea dilemas morales. Y aquí ya no estamos frente a un drama, sino frente a una negrísima y brillante comedia que, sin embargo, nos golpeará de una manera tan inesperada como contundente.

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Marc Crehuet, el director y autor de este montaje incisivo, certero, divertidísimo, despliega con sus personajes una dialéctica implacable y rabiosa, impetuosa y necesaria. Y consigue -siguiendo una larga tradición de teatro político en tanto que sistema que produce imágenes y representaciones sociales relativas a las estructuras de poder- plantear con inteligencia un tema actual, para que el espectador hable y piense en él aún varios días después de verlo.

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La soledad del corredor de fondo: “Mejorcita de lo mío”, “La realidad” y el auge de los unipersonales

Uno

Dentro del teatro contemporáneo existe una manifestación denominada “espectáculo unipersonal”, cuya particular poética se distingue por contar con un actor, sólo en el escenario, interpretando frente al público, desplegando diversos recursos. De la versatilidad del actor dependerá que el espectador se sienta más o menos atrapado por el universo particular del montaje. Este género está muy extendido en el teatro argentino, por ejemplo, o el norteamericano; pero en España, cuando se trata de un espectáculo con un solo actor, se suele hablar de “monólogos”. Y sin embargo, este término a veces es insuficiente, y aquí está asociado por lo general al monólogo cómico (muchas veces, usado lamentablemente con connotaciones negativas, aunque -como en todo- tengamos también muestras de mucho talento entre los monologuistas cómicos), una modalidad en la que habitualmente el comediante habla directamente al público, sin ser interrumpido por otro personaje.

Quizás por los duros tiempos que corren y por la transformación de los modos de producción en el panorama actual del teatro y la danza, así como proliferan los espacios escénicos mínimos o íntimos (Microteatro, La Casa de la Portera, etc.), se está propagando también en nuestro país esta tendencia por la cual un artista escoge este formato de “unipersonal” -en el que muchas veces es responsable además del texto o de la dirección-, para expandir sus capacidades escénicas. El género abre muchas posibilidades dramatúrgicas: en algunos unipersonales, diversos personajes transitan a través de ese único cuerpo presente en el espacio escénico; otros montajes optan por un solo personaje como portador de la acción dramática, utilizando como recurso textual el monólogo, pero incorporando muchas veces más voces, recurriendo, entre otras cosas, a la voz en off.

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Dos

Esta larga introducción sirve para enmarcar el comentario sobre el espectáculo más inesperadamente delicioso y valiente que he visto en los últimos tiempos: Mejorcita de lo mío, de Pilar Gómez, con dirección y co-autoría de Fernando Soto, en el Teatro Arlequín hasta el 31 de enero en una nueva temporada madrileña. Definido como “un viaje de autoexploración con rumbo indefinido”, la soledad en el escenario le sirve a la actriz andaluza para hacer de este viaje un exorcismo de la soledad cotidiana. Pero ese rumbo que se presenta indefinido está en realidad marcado por la búsqueda de su identidad, y para ello Pilar exprimirá al máximo esas posibilidades del formato unipersonal.

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¡Viva La Bagatela!: El olmo que da peras, o el placer del teatro despojado

Si me preguntas por qué está ciudad me sigue enamorando después de tantos años, te respondería con una cita en mi último rincón descubierto. Es verdad que a veces parece que Madrid no tiene la efervescencia de mi querida Buenos Aires, o que si pudiera tener mar como Barcelona, entonces ya sería perfecta. Sin embargo cada tanto te sorprendes seducida por un espacio nuevo, con el encanto y los olores y la magia de los rincones viejos pero con las posibilidades de inventar todo lo inédito.

El sábado estuve en La Bagatela de Lavapiés, una asociación cultural dedicada al teatro, la literatura, la fotografía, el cine y mucho más. Creo que me conquistaron ni bien traspasé la puerta: sonaba Babasónicos y un chico muy amable nos dio un naipe (me tocó de corazones) a modo de entrada. Entre flores y libros, puedes comerte una empanada exquisita (ahí es donde empiezas a comprobar tus sospechas de un elemento argentino entre los componentes de tan particular asociación). Después, los no más de veinticinco privilegiados que disfrutaríamos de esa joyita que es La pera del olmo, espectáculo creado, dirigido y actuado por Natalia López y Toni Ruiz, bajamos al subsuelo.

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Ahora/Antes: Esperando «Los ojos», melodrama telúrico

El próximo 16 de noviembre se estrena en la Sala Dos del Teatro Fernán Gómez, Los ojos (melodrama telúrico) de Pablo Messiez. Su autor y director la presenta como «una obra sobre la vista, la tierra y el amor, o la falta de cualquiera de las tres cosas«. Como no puedo aguantar hasta entonces y ardo en deseos de que los que aún no lo han hecho descubran a este maravilloso creador, dejo aquí algo que escribí cuando vi su anterior espectáculo, Ahora (Cosas que hacemos para no estar solos), que en el principio y allá lejos fue también Antes.

Es cierto, este teatrorama está plagado de referencias personales. Nunca pretendí hacer crítica (eso se lo dejo a otros que saben más) sino simplemente acercar mi mirada sobre la escena actual, y, si puedo, compartirla, y si quieren, contrastarla con la vuestra… Ahora, que estoy en Madrid y espero ansiosa mirar Los ojos, esto es lo que veo del teatro que veo…

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Mientras tanto en Baires… (Festivalitis aguda)

Desde el 24 de septiembre y hasta el 8 de octubre se está celebrando el VIII FIBA Festival Internacional de Buenos Aires, dedicado a las artes escénicas. La programación incluye 14 compañías extranjeras y 34 espectáculos locales -de los cuales 6 son estrenos-, y abarca 25 sedes distintas.

Por esta cita bianual han pasado los grandes innovadores del panorama actual del teatro y de la danza, posibilitando a los artistas locales una reflexión sobre su propia producción y dando al público porteño el placer de ver obras de gran calidad.


Angélica Liddell, representante española en el FIBA, con su provocador espectáculo “Yo no soy bonita”

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Un deseo

No soy supersticiosa. Nunca espero que un sapo se convierta en príncipe, porque en general creo que los sapos son más interesantes que los príncipes. Quiero creer que no soy la típica turista que tira una moneda en la fuente de deseos o da tres saltos sobre una baldosa porque trae suerte. Sin embargo, hace un par de Nocheviejas o tres -no se cómo ni con qué pretexto- terminamos con una amiga en Estambul, más exactamente en Santa Sofia -Aya Sofia, la casa de la sabiduría divina-, justo enfrente de una cola de turistas. Todos esperaban apoyar la mano en una columna con un agujero ridículo para, según la tradición, introducir un dedo en su interior haciendo girar la mano 360 grados mientras pedían un deseo. Íbamos a pasar completamente del asunto pero -ah, el humano instinto adquirido de la obediencia- de repente nos vimos formando la cola.

Fue todo muy rápido, enseguida llegó mi turno, metí el dedo, giré la mano y salí, pensando en lo próximo que quería hacer: volver al hamman. Mi amiga me preguntó qué deseo había pedido.

Me di cuenta de que con las prisas había seguido todo el ritual pero en realidad no había pedido nada. Y no es que no tuviera deseo/s, sino que en mis estrenados treintis estaba donde quería estar. En Estambul, sí, pero además viviendo en Madrid, la ciudad que había elegido, con quien yo había elegido, y trabajando en lo que me apasionaba: la gestión de artes escénicas. Había tomado la decisión de asumir mi desorden de personalidad múltiple y canalizarlo siendo freelance: es maravilloso reinventarte con cada nuevo trabajo. Entonces cada nuevo deseo deviene al ir cumpliendo otro más.

Tardé un poco más en poder encontrar la manera de compartir mis puntos de vista sobre lo que veía y disfrutaba desde este nuevo horizonte de posibilidades (otra característica humana: la necesidad de amplificación). La encontré en Twitter, pero soy argentina, y 140 caracteres se me quedan cortos. Por eso, y porque siempre voy al revés, ahora que esto de las bitácoras personales ya está muy visto y hasta los periódicos buscan excusas para cancelarlas, yo me hago un rinconcito para contar el teatro que veo.

Sepan disculpar si a veces exagero un poco o si se me escapan palabras que aquí ya no se usan, no es deformación profesional sino denominación de origen. Apaguen sus teléfonos móviles y disfruten del espectáculo.